"Los Jotitas" le dijeron adiós al Mundial de Corea del Sur con la frente en alto, pues sobrepasaron las expectativas de todos, hasta me animaría a decir, de ellos mismos. Sin embargo, no voy a negarlo, los dos tantos de Ghana fueron una estocada letal en mi corazón, algo soñador y optimista, por cierto, pues yo también me había contagiado de la fiebre de la Sub 17... pero como dije, hay cosas que no se pueden negar... Los africanos fueron mucho más (independientemente de si eran mayores o no), y con justicia están entre los 4 mejores del campeonato.
No obstante, a este gran grupo de "indocumentados" no hay nada que reprocharles, y más bien, muchas cosas por agradecerles. Agradecerles porque lograron lo que parecía imposible: que los peruanos recobren la esperanza en el fútbol, que se crea como en antaño que podemos trascender a nivel internacional(sí, con los goles de Cubillas, Cachito y el gran Chumpitaz),y que no todo en el balompié nacional está podrido...
Hoy en día Perú retornará al país con la frente en alto, pues saben que dieron todo de ellos y no se guardaron nada. Que gusto me dio ver a todos los Jotitas llorar de impotencia ni bien acabó el partido ante Ghana... pues si bien todos sabíamos que los africanos eran superiores, nuestros pequeños compatriotas nunca se menospreciaron, y siempre confiaron en dar la sorpresa (¡Qué diferencia, por Dios, con algunos experimentados futbolistas que en la Copa América de 1997, después de perder por 7 a 0 ante Brasil, corrieron de un extremo de la cancha al otro para intercambiar camisetas con sus "ídolos" Ronaldo o Romario!)
Los Jotitas quedaron eliminados pero el Perú celebra, porque no se necesita de ninguna medalla para ser un ganador, y ellos, que aún no tienen mayores responsabilidades, y que en muchos casos no han terminado el colegio, nos han dado una gran lección. La pregunta es ¿aprenderemos?
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